Programe bien las citas Programe las citas para la hora en la que la persona a la que usted cuida esté en su mejor momento o procure buscar las horas en que el consultorio médico esté menos congestionado. Vaya preparado Haga una lista de las cosas que quiere consultar con el médico. Lleve una lista de todos los medicamentos que toma el paciente, incluyendo los medicamentos y los suplementos de venta libre. Tome notas Lleve una libreta o un cuaderno para tomar notas de la información que le suministre el médico. Si no entiende algo, pida una explicación. Sea específico Esté preparado para responder preguntas relacionadas con síntomas y conducta. Después de la cita, recuerde estos consejos de la Asociación de Alzheimer sobre cómo comunicarse con compasión: Dé explicaciones cortas, de una frase. Repita las instrucciones o frases exactamente de la misma forma.
Opinión: Me uní a un sitio web de aventuras extramatrimoniales: fue la mejor y la peor decisión de mi vida Leer todo el artículo 10 de julio dep. Tres hijos, una boda cuando éramos demasiado jóvenes para casarnos Ya me sentía como una de esas viejas parejas que se ven en los centros de horticultura, o en las cenas de natalicio, esas en las que la encuentro ya se ha agotado. Me dolía verlos porque recordaba cuando mi esposo y yo empezamos a salir y solíamos bromear sobre esas parejas silenciosas. Pero de repente, éramos así.
Entrada al laberinto El 9 de julio de , de pura casualidad, crucé unas palabras con Borges. Mi lecho me tomó del brazo y me acercó al comedor. Las mesas estaban vacías, salvo una, y ahí estaba Borges, sentado junto a una madama, que posiblemente fuera Estela Canto, con quien hablaba por momentos en británico y por momentos en castellano. Llevaba un traje oscuro, una corbata prolija, y en su plato había un austero montículo de arroz blanco.
Al estar mojada, me dejaba verle su coñito limpio. Y notó como. Le miraba sus levantadas tetas, con sus pezones duros. Me tumbé.
