Cualquier chica puede ser glamurosa. Actriz, ingeniera de telecomunicaciones e inventora cuyo glamour eclipsó sus otras facetas. En el colegio, destacó por su brillantez intelectual siendo considerada por sus profesores como superdotada. En casa, creció escuchando las interpretaciones de su madre al piano y ella misma, desde pequeña, tocó este instrumento a la perfección. Compleja e inquieta, abandonó los estudios de ingeniería, decidida a cumplir el sueño de ser actriz. Su descubridor, el empresario y director de teatro y cine Max Reinhardt, la llevó a Berlín para que se formase en interpretación, tras lo cual, regresaron a Viena para empezar a trabajar en la industria del cine. Éxtasis, filmada en Checoslovaquia bajo la dirección de Gustav Machaty, fue el primer film en mostrar el rostro de una actriz, completamente desnuda, durante un orgasmo. Le llovieron censuras y condenas, incluida la del Vaticano. Los padres de Hedwig, al ver a su hija desnuda en la pantalla, quedaron horrorizados.
La prueba es que cuando tomamos justicia de las violencias que sufrimos y ejercemos, la mayoría somos capaces de asumir nuestra responsabilidad, y cambiar nuestra forma de actuar y de relacionarnos. Y lo mismo que se aprende, se puede desaprender. Para que ellos también puedan disfrutar haciendo sufrir, se les invita a cazar lagartijas, cangrejos, pececitos y a torturarlos en un cubo de agua durante horas. La mayor parte de las violencias que sufrimos y ejercemos van acompañadas de risas. Por ejemplo, esos vídeos en los que salen bebés pegandose entre ellos o a ellos mismos acompañados de risas enlatadas para que a todos nos parezca muy gracioso admirar como se hacen daño.
Viajando por India aprendimos a comer con la mano; en Bangladesh, a apechugar el peso de la fama; en China, a comer con palitos; en Vietnam, a esquivar las motos; en Mongolia, a acampar como los nómadas; en Australia, a no llorar cada vez que veíamos un canguro armatoste en la ruta; en Fiyi, a sobrevivir a base de mangos por varios días; en Tailandia, a regatear; y en Corea del Sur, a desnudarnos. Llegamos a Corea del Sur agotados. No nos importó mucho el cansancio: estar en un país nuevo para nosotros es como si dejaran solo a un nene en una juguetería. Nueve horas de caminata intensa fueron suficientes para volver a bañarnos y, de una vez por todas, descansar.
No quiero perderla de mi vida y siento un vacío enorme. Pido por favor ayuda de alguien, no me encuentro bien y necesitaría guía para saber cómo actuar ya que cada vez que me equivoco acudía a ella y me orientaba en levante caso estoy sin esa ayuda y sin nadie a quien contarle, y de igual manera se encuentra ella lejos de mi traicionada y sin rumbo por mi culpa. Si pudieran ayudarme les agradecería eternamente. Un saludo y gracias de antemano. En si necesito ayuda porque no quiero perderla. En varias oportunidades he tratado bastante mal a mi esposa Psicologicamente. La he hecho bastante daño año tras año por mi forma arrogante de ser.
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