Huele a polvo de madera. Hay aserrín en el suelo. Olor a pintura fresca. Estos hombres trabajan lento, pero va quedando bien. No puedo esperar a tener espacio donde poner toda la mierda que tengo en el comedor. No quiero ni pensar en el momento en que me toque limpiar uno por uno. Con el asco que me da el polvo en todas sus formas. Llevo varias semanas montando mi casa en el sur de la Ciudad de México. Reina el caos y el desorden desde hace un par de meses.
Hold me tight, me dices. El acaloramiento y la humedad nos han cubo tregua esta noche. Pego mi oído a tu dorso, como para protegerme del viento que me da en toda la cara. En realidad, el viento me da igual. Quiero aromatizar tu espalda. Se me eriza el pecho. Me quemas el cuerpo. Los otros dos van en su auto a ese bar del que baza hablaban en la cama. A admirar quién llega primero.